el viento y el sol

Porfiaban Viento y Sol, sobre un camino, acerca de quien mas fuerza tenía, y aceptaron que el duelo ganaría, quien quitara su manto a un peregrino. Apenas han sellado el magno pacto, divisan que transita por la senda, un cartujo que viste dicha prenda, sobre el hábito, de un color abstracto. El Sol le dice al presuntuoso Viento: -“No hará falta jugarnos a los dados, la suerte de sentirnos señalados … Propongo que comiences tú, el intento”. Inicia el fiero Eolo su andadura, con una ráfaga que causa espanto, pero no arranca al clérigo su manto, pues este fortalece su atadura. Sopla, cerril, con furia renacida… Su airado paso todo lo destroza, mas, en su capa, el fraile se arreboza, y hace frente a su cólera homicida. Ante el serio revés, tira su copa, y ceja, altivo, de su esfuerzo vano, mientras proclama: Ni el mismo Cachano, al religioso quitará la ropa. Ahora es Helios quien proyecta rayos, sobre el pardo camino, con crudeza; quien lleva a la feraz Naturaleza, su ardiente galopar de hermosos bayos. Prosigue, humilde, su labor de zapa, lanzando al éter su dardo dorado, y consigue que el monje, acalorado, se quite, sudoroso, su amplia capa. Jamás alcanzarás tu ansiada meta mostrándote impetuoso y arrogante, En graduar tu poder, está la treta, no en torpes arrebatos de gigante. Los secretos de toda fortaleza, son: Mesura, tesón y sutileza. .

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cuento fantasia otonal

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